Dina Boluarte: Desafíos y Controversias en la Presidencia de Perú

marzo 23, 2025

Dina Boluarte, quien asumió la presidencia de Perú en julio de 2022, hizo historia al convertirse en la primera mujer en ocupar este cargo en la nación. Sin embargo, su mandato ha estado marcado por una serie de desafíos que van desde crisis políticas hasta controversias personales, reflejando las tensiones internas y externas que enfrentan tanto el gobierno como la sociedad peruana.

1. Un Año de Crisis Política y Social

Desde su ascenso al poder, Boluarte se ha visto involucrada en un clima político convulso. La decisión de destituir a Pedro Castillo, su predecesor, a raíz de su intento de disolver el Congreso, desencadenó una serie de protestas y manifestaciones en todo el país. La tensión se ha mantenido, especialmente en regiones del sur del Perú, donde la población exige la renuncia de la presidenta y un cambio en el rumbo del país.

El gobierno ha lidiado con una profunda polarización, y aunque Boluarte ha intentado mantener la estabilidad, los conflictos sociales continúan siendo un tema central en su mandato.

2. La Respuesta a la Criminalidad en Lima

En marzo de 2025, la situación de seguridad en Lima se volvió un desafío aún mayor. La creciente ola de violencia, agravada por el asesinato de figuras públicas y ciudadanos comunes, llevó a la presidenta a declarar el estado de emergencia en la capital del país. Esta medida fue interpretada por muchos como una respuesta insuficiente ante el auge de la criminalidad, con sectores de la sociedad pidiendo acciones más contundentes y cambios en la estrategia de seguridad del gobierno.

La destitución del Ministro del Interior, Juan José Santiváñez, y su reemplazo por otro funcionario, subraya la presión que enfrenta Boluarte para ofrecer resultados concretos en este ámbito. Sin embargo, la cuestión de la seguridad sigue siendo un tema central de debate en la sociedad peruana.

3. La Controversia del «Rolexgate»

Una de las controversias más notorias que ha rodeado a Boluarte es el caso conocido como «Rolexgate», un escándalo que involucró a la presidenta debido a la posesión de relojes de lujo, particularmente modelos de la marca Rolex. Este caso se destapó en 2024, cuando la Fiscalía de la Nación inició una investigación por presunto enriquecimiento ilícito, lo que llevó al allanamiento de su residencia oficial.

Si bien Boluarte defendió su derecho a adquirir estos objetos como un fruto de su trabajo personal, la percepción pública fue negativa. El escándalo sumó más presión a un gobierno ya complicado por las críticas constantes a la gestión política y económica.

4. La Ley Anti-ONG y la Resistencia Social

En un giro inesperado, el gobierno de Dina Boluarte aprobó en 2025 una ley que limita la capacidad de las organizaciones no gubernamentales (ONG) para llevar a cabo acciones legales contra el Estado por violaciones a los derechos humanos. Esta ley generó una gran preocupación entre las organizaciones defensoras de los derechos humanos y otras entidades internacionales, que ven la medida como un intento de silenciar a la sociedad civil y evitar la rendición de cuentas del gobierno.

La ley fue vista como un intento por parte de la administración de Boluarte de consolidar su poder ante la creciente oposición social y política. Los críticos acusaron al gobierno de dar un paso hacia el autoritarismo, mientras que los defensores argumentaron que la medida era necesaria para frenar el abuso de las ONG.

5. La Inestabilidad Institucional y los Desafíos de Gobernar

Dina Boluarte ha tenido que enfrentar una serie de cambios en su gabinete ministerial, lo que refleja la inestabilidad interna que caracteriza su gobierno. La reciente salida del coronel Harvey Colchado, quien dirigió el allanamiento en la casa de Boluarte, es un ejemplo de cómo los cambios en el aparato de seguridad han generado tensiones dentro del mismo gobierno.

La falta de cohesión en su equipo de trabajo, sumada a la presión social y política, ha dificultado la capacidad del gobierno para implementar políticas públicas efectivas, especialmente en áreas clave como la economía, la salud y la educación.

Conclusión

La presidencia de Dina Boluarte sigue siendo una de las más complejas en la historia reciente de Perú. A pesar de ser la primera mujer en ocupar el cargo, su gobierno ha estado marcado por la polarización política, las protestas sociales y las controversias personales. El futuro de su mandato dependerá de su capacidad para afrontar estos retos y generar una respuesta efectiva a las demandas de la sociedad peruana.

La gestión de Boluarte sigue siendo un terreno incierto, con muchas incógnitas sobre cómo se desarrollarán los próximos años de su gobierno, especialmente en un contexto donde la crisis política y social se mantiene vigente.

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